SI NO PERDONO A LA PIEDRA, NO ANDARÉ SOBRE EL AGUA

Según el curso de Jesús, una piedra percibida – experimentada – mediante los testigos del miedo, los testigos de tu identidad corporal, los sentidos del cuerpo (UCDM T 27-IV-5:4) inherentes a la visión física, no significa nada (UCDM L 1), porque es una experiencia ilusoria de la piedra obtenida mediante la ocultación de mi relación real con la piedra, ya que al ocultarme mi realidad como ser, me oculté también mi relación real con todo, la que el Amor tiene con todo, pues amor es mi significado según su curso (UCDM L 127.4).

 

La Expiación es el proceso de restaurar en tu conciencia tu unión con Dios, el proceso de recordar a Dios, y, por tanto, de recordar la relación real que tienes con todo, la que el Amor tiene con todo, la relación santa, por eso el milagro es el medio de la Expiación, porque los milagros se obran en un instante santo, un instante de unión con Dios, pues es el poder de Dios, el poder del Amor, el que engendra los milagros, de modo que obrarlos demuestra al obrador de milagros que es uno con Dios.

 

Es una obviedad que si no te perdonas a ti mismo de lo que crees ser no puedes dar un solo paso en el proceso de reconocer lo que realmente eres, mas también es cierto que si no perdonas a las piedras de lo que crees que son, del significado que tú les has dado (L 2) y tu percepción te muestra que tienen, no puedes perdonarte a ti mismo de lo que crees ser, pues tu experiencia de la piedra afirma que eres un cuerpo.

 

Es muy posible que pienses que estoy diciendo disparates, y que el Curso de milagros nada tiene que ver con andar sobre las aguas. Te digo al respecto que el propósito de aprendizaje del Curso es que tú recuerdes aquí tu verdadera Identidad, en lo cual consiste tu salvación, y que si la experiencia que ahora tienes de una piedra fuese real, tu salvación sería imposible, pues realmente serías un cuerpo.

 

En cambio, si te digo que dentro del propósito de aprendizaje del Curso de Jesús, o del Espíritu Santo, sí se encuentra el que aprendas a curarte un cáncer, si acaso surge en ti, o a curarlo en tu hermano, eso quizás no te parezca un disparate, considerando que lo afirma expresamente el Curso, en relación con los milagros de sanación corporal.

 

<< Si la mente puede curar al cuerpo, pero el cuerpo no puede curar a la mente, entonces la mente tiene que ser más fuerte que el cuerpo. Todo milagro es una demostración de esto. >> (UCDM Texto 13- 5- A-2: 6-8)

 

Si la experiencia –percepción– que tienes de tu cuerpo, fuese realmente la que tienes ahora, o si la relación que ahora tienes con tu cuerpo, fuese la que realmente tienes, eso sería imposible de hacer para ti. Así pues, si no abres tu mente a la posibilidad de andar sobre las aguas, tampoco la abrirás a la sanación fisca milagrosa, más no por preservar tu cordura, sino por miedo; pues el miedo que se le tiene a los milagros, es inherente al miedo que se le tiene al Amor (UCDM T 1.I.22 y T.2.IV.4). Un miedo que está oculto a tu conciencia como personaje de tu sueño de muerte con el cual te identificas, pero no está oculto a tu conciencia como soñador de tu sueño al que Dios ama (UCDM T 29-IV-6), pues de hecho, para mantenerse alejado de la venganza de Dios, sueña el soñador un sueño de muerte del que Dios está ausente.

Entradas creadas 36

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Publicaciones relacionadas

Comienza escribiendo tu búsqueda y pulsa enter para buscar. Presiona ESC para cancelar.

Volver arriba