CUANDO QUIERAS OBRAR UN MILAGRO PARA TU HERMANO PÍDELE LA RESPUESTA DEL AMOR EN ÉL

 

-“J” en el epígrafe de tu curso <<caminando con Cristo>> me dices que la respuesta que le dé a mi hermano es la que yo estoy pidiendo… Yo he entendido que si lo veo como un cuerpo estoy eligiendo ser un cuerpo, y si lo veo como un Cristo estoy eligiendo ser un Cristo, pero no veo a qué pregunta de mi hermano contesto yo, no dices nada al respecto…

-Has entendido muy bien lo que digo en ese epígrafe, y lo que me preguntas te lo has contestado tu mismo. Tu hermano no te pregunta nada, eres tú el que responde a tu propia pregunta: ¿Qué soy?, y tu respuesta es la que determinará si convocas al miedo en él o convocas al amor en él, y él responderá a tu convocatoria, por eso te digo en mi curso que si no te responde Cristo en él, es porque tú no le hablaste de Cristo (T 11.V.18)

-A ver “J”, que me acuerdo de eso que me dices, es más de lo mismo que hablamos,  pero yo no tengo conciencia de hacerme esa pregunta cada vez que veo a un hermano…

-Ja,ja,ja ¡Claro que no la tienes! De tenerla no estarías dormido. Eres un hijo de Dios, un creador, que ha olvidado que lo es soñando un sueño de muerte en el que percibes ser un cuerpo, y en ese sueño todo lo que percibes da testimonio de que eres un cuerpo, todo te responde que eres un cuerpo. Te digo en mi curso que tú decides  lo que quieres ver (T 21-VII-7); Si quieres ver que  tu semejante, tu hermano, es un cuerpo, es para mantener la ilusión de que tú eres un cuerpo.

-Vale, ya entiendo lo de mi pregunta y mi respuesta, entonces la respuesta que yo estoy pidiendo es la de él ¿no?…Lo podías haber dictado más clarito.

-Así es Ramón. Te digo en mi curso que tu verdadera identidad, tu verdadero ser,  es una identidad compartida (14-10-12:5), y que es Cristo el ser que compartes (T-15.V.10:7), en consecuencia tu falsa identidad, tu falso ser,  también es una identidad compartida, pues la ilusión no altera la verdad. Cuando ves a tu hermano con tu ego pides la respuesta del ego en él, pues eso es lo que decides ver, y cuando lo ves con tu amor pides la respuesta del amor en él. La comprobación más clara de que esto es así, es obrar un milagro para él, pues es el amor en él quien lo obra a petición del amor en ti.  Te lo he dicho muy claro en mi curso. Te lo recuerdo.

Los milagros están en armonía con la Voluntad de Dios, la cual tú no conoces porque estás confundido con respecto a lo que tú dispones. Esto significa que estás confundido con respecto a lo que eres. Si eres la Voluntad de Dios, y no aceptas Su Voluntad, estás negando la dicha. El milagro es, por lo tanto, una lección acerca de lo que es la dicha. Por tratarse de una lección acerca de cómo compartir es una lección de amor, que es a su vez dicha. Todo milagro es, pues, una lección acerca de lo que es la verdad, y al ofrecer lo que es verdad estás aprendiendo a distinguir entre la dicha y el dolor. (UCDM T 7.X.8)

 

 

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