OBRAR MILAGROS ES EL EFECTODE ELEGIR SER EL SOÑADOR EN LUGAR DEL PERSONAJE DEL SUEÑO

Este mundo está repleto de milagros. Se alzan en radiante silencio junto a cada sueño de dolor y sufrimiento, de pecado y culpabilidad. Representan la alternativa al sueño, la elección de ser el soñador, en vez de negar el papel activo que has desempe­ñado en la fabricación del sueño. 4Los milagros son los felices efectos de devolver la enfermedad -la consecuencia- a su causa. EI cuerpo se libera porque la mente reconoce lo siguiente: «Nadie me está haciendo esto a mí, sino que soy yo quien me lo estoy haciendo a mí mismo». Y así, la mente queda libre para llevar a cabo otra elección. A partir de ahí, la salvación procederá a cam­biar el rumbo de cada paso que jamás se haya dado en el descenso hacia la separación, hasta que lo andado se haya desandado, la escalera haya desaparecido y todos los sueños del mundo hayan sido des-hechos. (T 28-II-2)

Este párrafo nos dice que los milagros que obremos representaran nuestra elección de ser el soñador en lugar del personaje del sueño, pero también nos dice que los milagros serán el feliz efecto de devolver la enfermedad a la causa, no nos dice dos cosas distintas, ambas expresiones dicen lo mismo.

Elegir ser el soñador es elegir ser responsable de lo que percibes como personaje del sueño, es decir del contenido de tu sueño de muerte, y eso es devolver la enfermedad a su causa, pues la enfermedad es la experiencia o percepción de de la separación, y su causa es la mente que crea falsamente – proyecta – tal percepción, la mente errada, el ego, la mente enferma.

A esa enfermedad se refiere ese párrafo, no a la enfermedad corporal, a la que, no obstante, también alcanzaría la sanación que el milagro proveyese, pero no solo alcanzaría a tal testigo del miedo o del pecado, sino <<a cada sueño de dolor y sufrimiento, de pecado y culpabilidad >> como indica el comienzo del párrafo.

<<Sueño de pecado y de culpabilidad>> resulta ser redundante, pues todo dolor y sufrimiento es parte del sueño de pecado, ya que el pecado es la creencia fija de que lo que se percibe no puede cambiar(UCDM T 25.III.8:4), es decir, la creencia de que lo que se percibe –el sueño de separación – es la realidad, y el contenido de la culpabilidad se proyecta en el sueño de separación o sueño de muerte, y por tanto,  está en el soñador, no en el personaje del sueño, de modo que no somos conscientes de su contenido, pero elegir ser el soñador permite elegir conscientemente un sueño diferente: el sueño feliz o sueño de perdón, que acaba con los efectos  del sueño de culpabilidad, y al desaparecer sus efectos mediante los milagros, la culpabilidad que es su causa, desaparece con ellos. En esto consiste devolver la enfermedad a su causa.

Entradas creadas 36

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Publicaciones relacionadas

Comienza escribiendo tu búsqueda y pulsa enter para buscar. Presiona ESC para cancelar.

Volver arriba