TODOS LOS DÍAS DEBERÍAN CONSAGRARSE A LOS MILAGROS

Si la muerte existe el tiempo existe, si la muerte no existe el tiempo no existe. Jesús demostró con su resurrección que la muerte no existe y, por tanto, demostró que el tiempo no existe.

En el  curso de milagros de Jesús, o del Espíritu Santo, la cualidad de existir se atribuye a aquello que es real en el sueño por reflejar la Realidad, y la de no existir a aquello que es una ilusión, que es irreal. Cuando Jesús habla del tiempo o del mundo del tiempo, se está refiriendo al mundo sin significado que percibimos los ciegos, el mundo de la separación o sueño de muerte, un mundo irreal, pues la realidad es significado. (T 9-I-13:6)

Jesús obro milagros para demostrar que las leyes de la  realidad que todos percibían, las leyes del tiempo,  podían ser canceladas, y, por tanto tal realidad, no podía ser real, sino una ilusión, un sueño.

Como obrador de milagros llevó su enseñanza más allá de su muerte física, vulnerando la ley más  invulnerable para los que soñamos el sueño de muerte, el sueño de la separación de Dios, pues con su resurrección demostró que lo que murió en la cruz no era él, sino la ilusión de él que todos percibían en su sueño de muerte: su cuerpo.

Para aquel que muere, las leyes del tiempo establecen que deja de existir, mas Jesús mostró que eso es una ilusión,  de modo que mostró que lo que no existía era su cuerpo, el cual pasó de la vida a la muerte y de la muerte a la vida, mostrando así que tenía que ser una ilusión, al igual que las leyes del tiempo.

Para aquel que se decide por el camino de los milagros (UCDM T 1-V-2:1), que es el que Jesús enseña, el cuerpo, el mundo y el tiempo son recursos de enseñanza para alcanzar la salvación o liberación del miedo, porque las ilusiones se pueden cambiar sin grados de dificultad, pasando de soñar un sueño de muerte a un sueño feliz de vida, de creación (UCDM T 11.Int.1:6),  porque refleja la Vida.

<<Todos los días deberían consagrarse a los milagros. El propó­sito del tiempo es que aprendas a usarlo de forma constructiva. El tiempo es, por lo tanto, un recurso de enseñanza y un medio para alcanzar un fin. El tiempo cesará cuando ya no sea útil para facilitar el aprendizaje. >> (UCDM T-1.I.15)

 

 

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